Explicación | Los Significados de "¡Madre!": Metáforas, Referencias y Demencias


El texto a continuación incluye SPOILERS de ¡Madre! Abstenerse de leer si no la vieron.

Si llegaron hasta acá, es lógico asumir que vieron la nueva película protagonizada por Jennifer Lawrence y Javier Bardem. O mejor dicho, es probable que hayan visto ¡Madre!, la nueva película del director Darren Aronofsky. Aclaro eso porque esta no es otra producción más dónde los actores de calibre definen al producto. Es decir, lo nuevo de Aronofsky no es algo para tomar de forma ligera. Es una obra que va en una dirección totalmente contraría, e invita a que la veamos con una mirada interrogante, cuya recompensa es enorme una vez que entendemos lo que estamos viendo. A este punto, he visto la película dos veces, por lo que puedo confirmar la existencia de dos experiencias viendola. 

Sin saber absolutamente nada, la primera vez que experimentamos este film, nuestra atención se pierde entre la búsqueda de lógica y la persecución de metáforas en el núcleo del guión. Por lo tanto, al verla una segunda vez, ¡Madre! demuestra ser un viaje diferente, sabiendo que el argumento principal no ofrece ningún tipo de coherencia. Lo que si da es una serie de hechos que abren la puerta a las verdades escondidas en este excelente film. Verdades estimulantes una vez que sabemos dónde están. 

A lo que quiero llegar es que esta es una película que se beneficia de dos cosas: saber que trata de temas y no narración, y saber cuales son esos temas. Con eso en mente, no creo ser capaz de mirar mal a las personas que no la hayan disfrutado o simplemente hayan dejado la sala (ocurrió en una de mis funciones). ¡Madre! requiere de un contrato previo con el espectador, uno que no es tan fácil de firmar en medio de la película. Para los que no pudieron entrar en el juego y salieron rascándose la cabeza en confusión, a continuación abriré el film para develar algunos de sus secretos.

Ahora, dejaré de lado mi experiencia por un momento (pueden leer más de lo que opiné acá), para poder apuntar a los temas y significados innegables. Porque, si bien hay espacio para la reflexión propia (que dependerá de lo detallista quiera ponerse cada uno), hay factores que son claros, incluso confirmados por el propio director. Así que comencemos por ahí.


La Biblia, la Tierra y la Naturaleza

Si de verdad odiaron ¡Madre!, ¿qué pensarían de esta trama? Dios y la Madre Naturaleza se casan e intentan tener un hijo. ¿Suena más interesante? Lo es, y eso es parte de lo que el director pretende que encontremos. Dicho eso, hallar su perspectiva no es necesariamente fácil, pero está ahí. Y para demostrar que no estoy demente sobre esta percepción de la trama, leamos un comentario del propio director y guionista. 

Aronofsky dijo:
"Empecé por los temas, la alegoría; yo quería contar la historia de la Madre Naturaleza desde su punto de vista. También me di cuenta que hacerla alguien que cuide de su hogar y que cuide de su hombre, que estaba conectado, que había una conexión ahí."
Con esto tenemos una base confirmada. El personaje de Jennifer Lawrence vendría a personificar a la Naturaleza en el nivel inicial del film. Esto queda explicado con las palabras de Aronofsky, aunque también se encuentra en otros factores muy claros, como el poster inicial que vimos del film, en el que Lawrence estaba rodeada de un ambiente natural. O en el propio titulo si se quiere, que efectivamente se refiere a la protagonista. Con esa realidad fuera del camino, las cosas se alinean de forma más fácil, dado que el resto de los significados se revelan con un solo elemento: la Biblia. No hay dos formas de verlo, ¡Madre! es cine religioso (y ambiental) de primer orden y se embarca en una misión astuta en torno a la Biblia, combinando partes de ella con elementos más temáticos y generales. La película no solo cuenta fragmentos de la Biblia, sino que también incluye su efecto y el efecto de Dios sobre el mundo. Aunque bueno, dejaré eso para más adelante.

Con lo religioso en mente, es fácil decir que el personaje de Javier Bardem (un esposo y poeta bloqueado) vendría a ser Dios, siendo presentado como un creador, cuyas palabras calman, curan y literalmente atraen. Ahí entra el argumento de la película, en el que una pareja comienza a recibir invitados no deseados en su casa. Ese concepto se impone sobre Dios y la Naturaleza. Por su parte, Dios le da la bienvenida a todos, perdona sus ofensas y les ofrece todo lo suyo. Sin embargo, Lawrence, como defensora de la Naturaleza y de la casa que tanto le costó reformar (que vendría a ser la Tierra y aquello con lo que tiene una conexión), no desea que nadie interrumpa su protección, su cuidado y su creación. Algo que inevitablemente ocurre. En diferentes escenas, Lawrence se refiere a la casa como suya y de su esposo, debido al cuidado que ella le ha otorgado. No obstante, las personas no le hacen caso y se ríen de ella, dando a entender que la casa, la Tierra, es solo de Dios. Con estos datos, Aronofsky introduce otro tema general: la falta de respeto que los humanos tienen por su propio planeta.


En torno a esos humanos, o mejor dicho, huéspedes inesperados, éstos también son referencias claras a la Biblia, al menos en el inicio. El primer huésped que aparece es Ed Harris, quién cumple el rol de Adán, el primer hombre sobre la Tierra. Luego, al siguiente día, Michelle Pfeiffer entra en juego como una Eva, una segunda persona más atrevida, cuya presencia incomoda más al personaje de Lawrence. A continuación, los dos invitados comenten un error que provoca la ira de Bardem, romper su preciada piedra. Sobra la roca brillante, a mí me parece una clara referencia a la fruta prohibida, aquella que fue mordida por Adán y Eva en contra de los deseos de Dios, pero puede que alguien más tenga otra idea al respecto, dado que la piedra tiene una explicación al final del film.

Luego de su error, la pareja invitada aparece teniendo relaciones sexuales por razones poco explicadas, sin embargo, inmediatamente después de eso, los hijos de Harris y Pfeiffer entran por la puerta de la casa. Aquí tenemos otra referencia a la Biblia, dado que los dos hermanos en la película (interpretados por Domhnall y Brian Gleeson, hermanos reales) vendrían a ser los hijos de Adán y Eva, Caín y Abel. La historia de estos dos hermanos cuenta como Caín golpea a Abel y éste muere, algo que ocurre en la película de la misma manera. En esta escena, dónde el terreno bíblico está muy detallado, Bardem ofrece un instante dónde se puede notar su rol de Dios en el asunto. Él intenta tranquilizar a Domhnall Gleeson entre la ira y la calma, y éste le responde con tristeza pero verdad, como si lo conociera desde siempre. En su locura, el personaje del hermano mayor solo oye a Bardem, el resto de las voces le dan igual e inevitablemente actúa como desea.

Pasada esta secuencia, el siguiente evento propuesto por el film es el funeral del hermano joven, en el que la película empieza a jugar con sus ideas de forma más intensa y ambigua. Volviendo al concepto de la Naturaleza cuidando a la Tierra, el funeral ofrece varios momentos en los que Lawrence quiere proteger su casa de los intrusos, mientras que Dios está dispuesto a perdonarlo todo y disfrutar de la vida que ahora corre por su hogar. Bardem deja más pistas de su poder al recibir elogios y decir unas palabras esenciales que regresan con excelencia al final del film. Bardem le explica a la familia que la muerte de su hijo no es el fin, y que él aun vive en sus lagrimas. Sumado a esto, su actitud divina vuelve a quedar en evidencia cuando saca el tema del hermano mayor que asesinó y escapó, sugiriendo que él no está perdido aún.

Culminando este punto alto de la película, Lawrence ejerce su mayor acto de rebeldía hasta ese momento al echar a todos los invitados de su casa. La residencia vuelve a quedar vacía, mientras que Bardem y Lawrence discuten y se acuestan juntos, logrando que la protagonista quede embarazada y el poeta empiece a escribir de nuevo.


El Tercer Acto (o La Historia del Mundo Dentro de una Casa)

Sobre el tercer acto, que en mi opinión comienza cuando los adeptos aparecen de nuevo en la casa, podríamos decir que es la versión de Proyecto X realizada por Darren Aronofsky. Pero no, efectivamente es más que un delirio. A primera vista, el descontrol que se da en el hogar de los protagonistas busca elevar la clase de amor que las personas sienten por Dios, y el libreto aprovecha eso para ir a un lugar mucho más ambicioso, pretendiendo contar la historia del mundo dentro de una casa. Ahora sí, si me preguntaran qué es ¡Madre! exactamente, diría que es una alegoría de la historia de la humanidad y del mundo como lo conocemos, explorada desde una visión anclada a una religión, pero generalizada a partir de la lectura que se impone sobre el cristianismo, la biblia y la figura de Dios. Pero por supuesto, Aronofsky no solo se queda con lo especifico de un film religioso, porque entiende que lo divino va anclado a la existencia del humano, y que la religión formó nuestro paso por la Tierra.. Si bien ¡Madre! es cine bíblico o religioso, también es una película sobre el ser humano.

Volviendo a la narración, el tercer acto realmente enseña la historia del mundo dentro de una locación, y en ese relato de los hechos, el director incluye decenas de elementos. Es algo indudablemente fantástico, contando con demasiadas cosas para ver y digerir en una sola mirada. La secuencia comienza con la creencia en Dios y su palabra (firma de libros, abrazos), y luego la atención pasa al fanatismo y la violencia a partir de las diferencias. Todo esto es visible con la interpretación que los invitados hacen de frases como "hay que compartir" y "todo es de todos". Las personas empiezan a interpretar de forma literal y pronto el prestar se transforma en robar, y el robar se convierte en violencia. De verdad es algo brillante, especialmente con la rapidez en que se empiezan a notar los cambios.

La película deja varias figuras importantes en torno a la interpretación de las enseñanzas divinas. Aprecio el uso que Aronofsky le da a dos personajes: la editora de Javier Bardem, interpretada por Kristen Wiig, y aquel que vendría a ser su vocero (no reconozco al actor, pero es quien habla con Lawrence tras la muerte de su hijo). Ambos personajes asumen roles de representantes para Dios y su palabra. Ellos pretenden defender esa palabra, pero inevitablemente la transforman en la imposición de sus creencias. Interpretan la palabra de Dios a su favor, y es fácil relacionar su manera de operar con la figura de la iglesia y quienes la representan. La iglesia es una organización que formó opiniones en torno a la palabra divina de forma manipuladora, por lo que la relación es clara. La iglesia, la religión y quienes comparten sus ideas, son protagonistas de la historia de la humanidad, y Aronofksy representa todo eso de forma ingeniosa, acertada y tenebrosa. Bueno, pensándolo mejor, él hace eso con la mayoría de los elementos en ¡Madre!


Siguiendo con lo que ocurre en la casa, la historia del mundo se acelera desmedidamente pasado un punto, y pronto vemos al personaje Lawrence envuelto entre guerras y periodos de opresión. Por supuesto, éstos son representados con ambientes de violencia modernos, y es por eso que vemos soldados con equipos contemporáneos o asesinatos en masa muy similares a los actuales. Ésta clase de escenas culminan con el regreso de Bardem y el rescate de Lawrence, viéndolos a ambos regresando al estudio del poeta. Ahí la película da un respiro y se centra en el parto de la protagonista, quién da luz a un bebé al que quiere proteger de la exposición humana. Sin embargo, el personaje de Dios no puede permitir eso y espera a que la madre se duerma.

En los minutos finales de la película, las referencias cambian un poco de lugar y se hacen múltiples, así como más claras. Bardem entrega a su hijo al igual que Dios llevó a Jesús a la Tierra, y éste muere bajo el cuidado de los humanos. El bebé es asesinado y los invitados empiezan a comérselo (comer la carne de Cristo e identificarse con él), algo que Lawrence no puede aguantar y prosigue a atacar a los que la rodean. En esta escena, Lawrence asume el rol de la Virgen María, pero es algo casual, dado que la violencia que emplea regresa a la concepción inicial que la película tiene sobre ella. La protagonista sigue siendo la Madre Naturaleza, la representante y protectora de la Tierra, y en este punto del relato, ella llega a su limite tras recibir una golpiza directa por parte de los humanos.

El limite de la Naturaleza provoca la violencia por parte de Lawrence, quien hace explotar la casa. En torno a este hecho final, creo que el mismo representa el cansancio de la propia Tierra. Un cansancio que hemos vivido, especialmente en tiempos recientes. El esfuerzo final de Lawrence es la lucha de la Tierra en contra de la humanidad. Es su propia defensa, como bien podrían ser los efectos del calentamiento global, que cada vez son más despiadados. Creo que eso es lo que Aronofsky busca transmitir: el mundo peleando en nuestra contra. Es ahí que aparece la parte ambiental de toda experiencia.


Una Lectura Moderna de la Biblia

Darren Aronofsky coqueteó con la adaptación de la Biblia en Noé, y ahí ofreció una lectura muy similar a la que tiene con ¡Madre!, por más que ésta última sea mucho más profunda y ambiciosa (o pretenciosa, depende de cada uno). Manteniendo hechos bíblicos, Aronofsky los representa desde un punto de vista acorde con lo que la humanidad ha visto y vivido. En ningún momento descarta las palabras de la Biblia al igual que tampoco suprime los hechos incuestionables de la historia humana. Por ejemplo, en Noé no olvidó la existencia de la evolución, y en ¡Madre! agregó el poder de la iglesia y la pobre interpretación de la palabra de Dios.

Dicho eso, no creo que Aronofsky busque condenar a Dios y nada más. De hecho, creo que ve las cosas desde un punto medio, incluso si no muestra nada más que dolor y angustia en la cara de la protagonista. La película habla por sí sola, y en ella tenemos una representación de Dios muy profunda. Por supuesto, si lo vemos con los ojos de Lawrence, él no es más que un villano. Ahora, apartándonos un poco de eso (y sé que es difícil), cuando actúa, él lo hace a favor de la humanidad, perdonando errores y compartiendo palabras que protegen. Si se quiere un villano real, ese es el tercer protagonista de esta película, el humano.

La humanidad sirve como antagonista, la Tierra y Naturaleza es la victima y Dios (como explica finalmente Bardem), simplemente es quién es. Con la Tierra como protagonista y el humano como villano, es lógico que no habría un final feliz, y ¡Madre! no lo tiene. Pretende colocar la historia del mundo en una sola locación, y esa idea alocada siempre iba a traer un final triste. Podrá tener algo de humor negro, pero inevitablemente, el film es un balde de agua fría, un golpe duro en la cara de la humanidad.

En torno a otras curiosidades y referencias de la película, hay varias que no quedan del todo claras o simplemente no he podido darles una explicación que me convenza. Algunos ejemplos que se me vienen a la mente son el polvo amarillo que usa Lawrence para calmar su dolor, y el corazón que momentáneamente tapa las cañerías. Aunque, sí puedo aportar sobre otros aspectos pequeños, como el inicio y final, dónde Bardem recompone el mundo y todo comienza de nuevo. Diría que Aronofsky usa eso para representar la repetición en la historia de la humanidad, como la misma no aprendió de lo errores y los cometió una y otra vez.

El director y guionista presenta un universo cíclico, lo cual redondea mejor la narración que propone. En torno a esa repetición, hay un curioso aporte al final de los créditos. Cuando la música termina, podemos apreciar unos trazos que aparecen en pantalla, y con ellos se empiezan a oír pequeños sonidos de la naturaleza como el canto de un pájaro. Esos sonidos representan la creación de un nuevo mundo. Son aspectos mínimos, pero suman a la experiencia disfrazada. Y sobre eso, recomiendo ver los afiches luego de la película. En éstos encontramos a una Jennifer Lawrence entregando su corazón y a un Bardem con el mundo en sus manos. Mundo que, si miran atentamente, contiene a Lawrence.

Con esta película van a quedar preguntas sin responder, porque estoy convencido de que algunas dependen de la interpretación propia. ¡Madre! busca ser una película que represente temas, no un despliegue de interrogantes. Los personajes juegan diferentes roles y hay varios niveles de acercamiento, por lo que las recompensas variaran entre entre los espectadores. Lo seguro es que estamos frente a una película que no tiene una única lógica, ni siquiera dentro de su locura narrativa. Pone énfasis en sus ideas por encima de todo lo demás, y creo que, si se tiene aclarados los temas, seguro podrán sacar mucho de esta experiencia por su cuenta. Sin lugar a dudas, ¡Madre! forma parte del mejor cine de 2017.

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